domingo, 9 de septiembre de 2018

EUDAMONIA, Capitulo I, El cosmopolitismo...



 Entre las lecturas que llevo a cabo en este estío, se encuentra una filosófica, “Como ser un estoico, utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna” de Massimo Pigliucci. En la obra el autor nos glosa esta filosofía vital, el estoicismo, que persigue una vida eudamonica, o de virtud.

   La verdad, es que concuerdo con mucho de cuanto en el libro se promulga, si bien hay algo que por una parte concuerda con mí hasta ahora modus vivendii, pero discrepo del nivel absoluto al que los estoicos pretenden llevar esto a cabo, me refiero al cosmopolitismo.

   Hierocles filosofo estoico en sus “Elementos de ética” glosa y describe lo que entiendo yo por cosmopolitismo: “Cada uno de nosotros está circunscrito por muchos círculos. […] El primero y el más cercano es lo que cada uno describe sobre su propia mente como un centro. […] El segundo a partir de aquí y que se encuentra a mayor distancia del centro, aunque incluye el primero es aquel en el que se incluyen padres, hermanos, esposa e hijos. […] A continuación está el que contiene a la gente, después el que comprende a la misma tribu, después el que contiene a los ciudadanos. […] Pero el círculo exterior y más grande, y que comprende todos los demás círculos, es el de toda la raza humana. […] Es este conjunto el que lo empuja a actuar adecuadamente en cada una de estas conexiones para reunir, en cierto aspecto, los círculos, tal como son, en un centro, y siempre para emprender en serio la transferencia de uno mismo desde los círculos integradores a las numerosas particularidades que integran. “

   Efectivamente, así quizás inconscientemente, quizás por aprendizaje, quizás por ADN, educación, ciencia infusa, así he actuado creo, a lo largo de mi vida. 

   Primero la interiorización del primer círculo, nosotros mismos, creo que suele ser la más fácil, por si acaso, mi madre cada vez que se despide de mí, lo hace con el consejo de “Mira por ti, porrita”, lo cual reafirma mi primer círculo sin dudas.

   Después, es como cuando jugábamos al futbol en edad escolar, uno se sentía del colegio al que iba, y jugaba y pugnaba con los otros del pueblo, pero con estos rivales te unías luego para luchar contra el pueblo de al lado, con estos te juntabas en el provincial para luchar contra los sevillanos y malagueños, con los cuales te hermanabas para batir a los madrileños y vascos, con quien hacías piña en un posible internacional. Hubo una vez en la que creí en el proyecto europeo, y me hubiera hermanado con los alemanes y gabachos para pugnar contra americanos o asiáticos, e imagino que si aparecieran los ovnis de la peli Independence Day, no dudaría en compartir trinchera con Will Smith o Jackie Chan.

   A lo largo de mi vida, si repaso lo hecho, también he llevado a la práctica tal creencia. Entre a formar parte de mi profesión porque un amigo me lo sugirió, pero una vez dentro, seguí por vocación, una vocación de servicio, servicio a la comunidad, a uno de esos círculos, que no era directamente ni el primero, ni el segundo, ni siquiera el tercero, pero servicio al cabo. Es por este credo que he realizado misiones en el extranjero, y por lo que no dudaría en auxiliar en caso de necesidad allá donde hiciera falta.

   Pero Hierocles, pretende que los círculos sean igualitarios, que el ultimo llegue a ser tan importante y relevante para nosotros como el segundo, tus hijos, o incluso como tú mismo, lo siento Hierocles, pero discrepo.

   Creo que es imposible, cuando no sea antinatural este “absolutismo” en la práctica del cosmopolitismo. Imposible. Como voy a querer por igual a un hijo que a un desconocido, imposible.

   Ojo, imposible no quiere decir que no crea en la teoría de círculos, solo digo que lo aplico de otra forma. Me vuelco en un círculo si el anterior tiene cubiertas las seguridades y necesidades para una vida eudamonica, una vida en virtud, una vida feliz, si no, ¿Qué sentido tiene que yo intente que tú, lector, seas feliz si mis hermanos no lo son y yo no ayudo a que lo sean?. ¿No sería esto un acto de falsedad por mi parte?.

   Vista esta mí filosofía propia en cuanto a la teoría de círculos y vida social, quiero hablar ahora de un tema de moda, la inmigración, y su relación con mi filosofía.

   Primero de todo, lector, te advierto que esto que digo es mi opinión personal, que la escribo en mi blog, y que aunque jamás he dado un chavo a Intermon Oxfam o Médicos sin fronteras, llevo desde 1989 sirviendo en labores beneméritas, he rescatado más gente que probablemente el Open Arms, he sido condecorado por ello aunque sinceramente poco me servía esto de acicate a mis actos, he visto como el mar se llevaba la vida de infelices, también los he salvado y me he jugado mi pellejo, mi pe-lle-jo. ¿Con esto que quiero decir? Pues que lecciones de salvadores y demás benefactores no admito ni una.


   La verdad que siendo un actor y espectador de la inmigración ilegal (dícese de toda entrada en un país de manera no reglada por las leyes de este), cuando oigo o incluso alguien me dirige alguna observación o parecer sobre el problema inmigratorio, he guardado usualmente silencio o dicho algo sin importancia para escapar del tema, y más de una vez luego al repensar mi actitud ante el que me interpelaba, me he sentido que actuando así lo hacía con una especie de supremacía moral, o quizás no moral, una superioridad que venía de saber realmente lo que pasaba, y el pobre de enfrente no, vaya una superioridad.
El caso es, que de las miserias y grandezas de mi trabajo, hablaba solo con otros de mi clase y condición (es decir, compañeros de gremio, o también a veces de labor) y al resto de mortales a los que servíamos, prefería dejarlos en su, para mi entonces, sana ignorancia.

   Como decía, la cuestión es que este verano, de veraneo en mi pueblo, el antiguamente llamado Bárbate de Franco, quiso la providencia que el tema inmigratorio estuviera muy presente, demasiado presente, y me vi sometido a una sobrecarga de comentarios y observaciones.

    Al principio intente actuar como siempre, quitar hierro al asunto y pasar, ¿qué sabrían estos pobres mortales lo que se cuece?, pero volvían con mas, y más, citando fuentes contrastadisimas, no solo redes sociales donde si todos lo dicen será verdad, no, sino incluso los medios periodísticos que nunca mienten ni manipulan, y como no, nuestros amados políticos. Se dio el caso, de hasta un chico que me restregó por la cara sus dos carreras de médico-tecnológico-digital, algo así como un Apotecario de los marines espaciales o algo así imagine, también imagine que su vida laboral sería de entre 40 y 120 minutos.

   La verdad que me vi asediado por gente, medios, perfiles, cuentas, que decían cosas, sobre cosas que yo sabía cómo eran, y ¿las hacían o decían porque?¿qué ganas diciendo algo que no sabes si es cierto o no? ¿ y de saber que no es cierto, que te lleva a ese mal acto de mentir a tus conciudadanos?. Todo esto, muy relativo a esa teoría también estoica que dice que quien nos hace mal, lo hace o bien porque ignora que nos lo hace, es decir, inconscientemente, o bien sabiendo que nos daña, en el fondo, es su ignorancia, su alejamiento de una vida de virtud tendente a la eudamonia, lo que le lleva al pobre diablo a herirnos. Es otra de las teorías que aún estoy rumiando…

   Total, que cansado de este acoso, decidí salir de mi pasividad, y tomar el camino del activismo. Yo no soy poseedor de toda la verdad, pero hay una parte de esta verdad, que la conozco porque la vivo en primera persona, y los hechos son los que son, y son ciertos sin mentira, quizás igual mi análisis de estos hechos sea inexacto o equivocado, pero parten de una verdad, que no me cuenta ni una cuenta en twitter, ni un afamado periodista, ni si quiera un prócer político de nuestra sociedad, son solo mis vivencias y la de los que como yo viven estas situaciones.

   Así, tome mi agenda de notas, y fui anotando cosas, a ratos, a días, sobre las que hablar aquí, y es lo que me propongo, decir lo que pienso al respecto de lo que ocurre sobre el tema en cuestión, y hacerlo como reflexión personal, no esperéis un relato grandilocuente o un rollo filosófico, bueno algo de filosofía habrá, y alguna palabreja altisonante, pero habrán muchas anécdotas mías propias, que como decía el gran Gandía, historias verídicas, nada de me han dicho, solo mías en primera persona, o máximo de un compañero que viene con la cara demudada y me cuenta lo visto.

   Así que toma asiento, y créetelo si te place…



¡¡¡AVE¡¡¡

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Puris sermonis amator...

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